Si gestionas una cafetería, una panadería de barrio o simplemente quieres organizar mejor los desayunos en casa, esta guía te ayudará a sacar partido a las magdalenas artesanales. Vamos a cubrir tamaños y sabores más vendidos, rotación de stock y márgenes, cómo exponerlas en vitrinas para que se vean irresistibles, alérgenos y una tabla clara de consumo preferente.
Las magdalenas son el bocado “de acuerdo fácil”: gustan a niños y adultos, se comen sin cubiertos y encajan tanto con café rápido como con un desayuno de fin de semana. En barra, aportan color y volumen; en bandeja, se prestan a rotación ágil; y en casa, permiten planificar la merienda sin improvisar.
Cuando hablamos de magdalenas artesanales, además, hablamos de aroma real a mantequilla, miga tierna y ese copete que entra por los ojos: atributos que justifican mejor precio y fidelizan.
En cafeterías, lo habitual es ofrecer una magdalena mediana como estándar y una mini para cafeterías con alto flujo de “para llevar”, catas o eventos. La mediana ofrece mejor equilibrio visual en vitrina y controla bien el coste por unidad.
La mini favorece la compra por impulso y, si trabajas take away, te permite armar magdalenas por docena en packs variados (perfectos para oficinas o familias). El formato XL es fotogénico, pero en rotación diaria rinde menos: úsalo en fines de semana o ediciones especiales. En Bollería Máxima puedes hacer un pedido especial acorde a lo que necesites.
Si necesitas una base estable, los pilares son las magdalenas tradicionales de vainilla y de chocolate. Con ellas cubres el 70–80 % de ventas habituales. Después, si te interesa integrar un sabor extra (almendra, limón extra, canela o chips) nosotros podemos hacerlos para ti.
Si estás pensando vender magdalenas en tu cafetería es necesario que midas tres cosas: rendimiento por bandeja, merma y margen unitario. Un punto de partida práctico:
La vitrina es tu mejor vendedora. Coloca las magdalenas artesanales en la primera línea de mirada, con el copete orientado hacia el cliente y etiquetas claras: “Tradicional”, “Chocolate” y “Sabor rotativo”.
Juega con alturas (bandeja baja + alza discreta) para romper la línea plana y gana sensación de abundancia sin abarrotar. Mantén las bandejas con cobertura anticorrientes; el exceso de aire seca la miga. Si tu local es cálido, rota la bandeja cada 60–90 minutos con producto que hayas conservado en caja hermética fuera de la vitrina caliente.
Cuando las magdalenas son artesanales, tienen menos aditivos, lo que significa más atención en la conservación.
Te recomendamos mantenerlas a temperatura ambiente (en un lugar fresco y seco, caja hermética), la magdalena se mantiene perfecta dos o tres días; la nevera solo es recomendable con calor intenso o rellenos sensibles. La congelación funciona muy bien: envuelve cada unidad y etiqueta con fecha.
| Producto | Temperatura ambiente | Nevera | Congelación | Descongelado |
| Magdalenas tradicionales | 2-3 días | 3-4 días | 1-2 meses | 1-2 horas en ambiente
3-5 minutos en horno suave |
| Magdalenas de chocolate | 2-3 días | 3-4 días | 1-2 meses | 1-2 horas en ambiente
3-5 minutos en horno suave |
Los tiempos son orientativos para piezas sin rellenos frescos. Si las magdalenas tienen rellenos lácteos, trátalas como producto refrigerado y respeta el etiquetado.
Las magdalenas suelen incluir gluten, huevo y lácteos; algunas variantes pueden incorporar frutos secos (almendra, avellana) o soja en coberturas. Señaliza en vitrina con iconos sencillos y guarda sabores con frutos secos en bandeja independiente para evitar contacto cruzado.
En venta familiar, etiqueta el pack con la lista de ingredientes y una recomendación de consumo (fecha y conservación). Esta transparencia construye confianza y reduce devoluciones.
A temperatura ambiente, en caja hermética y lugar fresco. Si prevés que no rotarán mañana, congélalas ese mismo día envueltas individualmente. Para servirlas, descongela a temperatura ambiente y devuelve la chispa con 3–5 minutos de horno suave.
La porción natural es una magdalena por café, pero puedes invitar a la segunda con una oferta simple (p. ej., 2 x precio especial antes de las 11:00). Para elevar el ticket medio en cafetería, ofrece combo desayuno: café + magdalena + zumo pequeño; y para familias, empuja packs por docena con un tercer sabor de regalo.
La venta cruzada funciona muy bien con pastas: un combo de magdalenas + pastas cubre el antojo tierno y el crujiente en una sola compra.
Si buscas equilibrio de texturas, combina magdalenas tradicionales o magdalenas de chocolate con un surtido de pastas de mantequilla. En cafeterías, ofrece “Combo de la casa” (1 magdalena + 3 pastas): el cliente que dudaba entre una u otra se lleva ambas y siente variedad. En familias, un pack de 6 magdalenas + 300 g de pastas soluciona desayunos y sobremesas de varios días sin perder frescura.
Mantén magdalenas tradicionales y magdalenas de chocolate como base, y añade un tercer sabor rotativo (limón, almendra, canela) para dar novedad sin complicar stock.
“Paramos siempre que vamos o venimos de un pueblo que nos viene de camino. Nos lo recomendaron. Me quedo con las pastas de almendra (unas que tienen una almendra en el centro) y con las magdalenas. Los borrachos no son lo que eran ni mucho menos. La masa es pan y el centro está demasiado azucarado. Yo he probado borrachos desde que era pequeña y no tienen nada que ver. Pese a esto, insisto en que tienen productos muy ricos, y yo me quedo con los que he mencionado antes. Seguiré parando y comprando allí.” Cris
“Los borrachos son estupendos. Buenísimos, más que recomendables probarlos! Las magdalenas también las probé y están buenas, pero la estrella de aquí diría que son los borrachos. De 100” RL
“Allá donde fueres, haz lo que vieres. Si tu pasas por la Bollería y hay cola de personas del pueblo para comprar, no te lo pienses. Ahí tienen genero excepcional. Prueba la torta, el borracho, la caña de crema o chocolate, o las madalenas. Volverás.” Antonio Caballero
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